A menudo en las procesiones el comportamiento por parte del público e incluso por componentes del cortejo deja mucho que desear, hay quien todavía no acaba de entender el respeto que requiere un desfile procesional, no es ningún festival de folclore ni mucho menos una cabalgata, es una acto solemne que precisa como mínimo respeto.
A veces me la sensación que el respeto se está convirtiendo cada vez más en algo inalcanzable ya que hay ciertos comportamientos que al menos a mi parecer carecen de lógica. Si hablamos de público podría llevarme mucho tiempo citando comportamientos que solo consiguen entorpecer y estropear el paso de las Hermandades, pero tampoco quiero superar las dimensiones del Quijote, así que solo hablaré de algunos, como la ausencia de silencio de ciertas personas en las procesiones, y las conversaciones de mal gusto y poco apropiadas que se mantienen al paso de Jesús y María. También he de hablar de esa fea costumbre que tienen algunas personas de usar "La Madrugá" como una excusa para beber en la calle, algo que sinceramente me parece verdaderamente vergonzoso que mientras pasa una Hermandad se tengan que presenciar lamentables estampas de individuos que le profesan demasiada "devoción" a la sangre de Cristo...
Aunque desde la fiscalía de las Hermandades se intenta que todos los hermanos cumplan con ortodoxa disciplina las normas que se deben de seguir en la Estación de Penitencia, siempre hay alguno que lo ignora y "ni come ni deja comer", comportándose como si fuera paseando tranquilamente por la calle, y tomándose la procesión como si fuera el pasacalles de una charanga, sin darse cuenta que quien sale verdaderamente perjudicada es la imagen de la Hermandad.
Visto lo visto me cuesta entender para que participan ciertas personas en las procesiones, si lo que menos hacen es eso, participar en la procesión, estas cosas me sacan de quicio...
Que el incienso te acompañe...
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